La leyenda dice que un ángel le regaló a Clóvis , rey Merovingio de los Francos en 496 d. C., un lirio de oro como símbolo de su purificación por su conversión al cristianismo. Otros dicen que Clóvis adoptó el símbolo cuando los lirios de agua le mostraron el camino para cruzar con seguridad el río y así ganar una batalla.
Es difícil precisar con exactitud el origen de este símbolo, la única certeza es que data de épocas remotas. Se sabe que fué un elemento ornamental muy usado en heráldica sobre todo en Francia. En los escudos de las más importantes sagas familiares se encuentra el símbolo de la flor de lis y ha sido utilizada también para representar la realeza en la actual república francesa, donde se dice que su sentido es significar la perfección, la luz y la vida.
Ciertos estudiosos de heráldica sostienen que la la flor de lis tiene su origen en la flor de lotus de Egipto, otros defienden que fué inspirada en una alabarda, hierro de tres puntas que se colocaba en los fosos o cuevas para proteger de la caida. Otro posible origen es que sea una copia del diseño estampado en antiguas monedas asirias y árabes.
Utilizada como atributo simbólico por el cristianismo como representante de la gloria, el esplendor, la inocencia, la pureza, la alegría y la fuerza de vida. La Iglesia católica también utiliza el símbolo de la flor de lis como un emblema especial de la Virgen María. Por sus tres pétalos también ha sido usada para representar la Santísima Trinidad.
Por otra parte, unidades militares utilizan también la imagen para representar el poder marcial y la fortaleza. Los cartógrafos la utilizaron también como símbolo en sus mapas para indicar el norte.
La flor de lis rodeada de una cuerda que acaba en un nudo fué adoptada como insignia del movimiento Scout cuyo símbolo representa la hermandad Scout de amistad y la buena ciudadanía.
En las terápias alternativas -flores de Sirio- la flor de lis trata el autoengaño y la dispersión mental, ayudando a la coordinación entre la mente, el cuerpo y el alma.
El psicoanálisis por su parte ha interpretado a la flor de lis como un símbolo fálico o una forma sublimada de representar los genitales masculinos o la virilidad.
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